lunes, 12 de noviembre de 2012

La Guardia Civil por dentro .1970

La Guardia Civil por dentro.

A raíz de mi viaje a Teruel , yo tuve un comentario sobre la vida que llevaban los guardias con el maquis con el Capitán Novo que trabajaba por las tardes en Mutualidades ,en vista de lo cual me dijo que si quería mi cuñado pedir el traslado , el lo reclamaría para el Tercio Móvil y allí haría servicios pero no se jugaba la vida . Así lo hicimos y en la siguiente convocatoria de traslados mi cuñado fue adscrito a dicho Tercio Móvil. Una vez tomo posesión en Barcelona fue destinado al puerto. Al enterarse , le entró una preocupación tremenda porque continuamente y al menor signo de haber permitido a cualquier marinero de cualquier trasatlántico que hacia escala en Barcelona sacar de contrabando aparatos de radio u otros objetos eran expulsados del  Cuerpo por supuesta convivencia con los contrabandistas. Ante este inesperado contratiempo, decidí hartarme de valor y me fui a ver personalmente al Teniente Coronel Sr. Consuegra con quien me unía cierta amistad por haber estado varios años en el mando del cuartel de Estella en Navarra y sentía una gran admiración por  nuestra tierra Le explique con todo lujo de detalles la situación y la norma que se seguía de que los últimos incorporados iban a prestar servicios en el puerto. Efectivamente el Teniente Coronel, toco el timbre de su mesa y apareció un comandante que se puso con un taconazo firme delate de su Jefe. Este afirmó que no había tenido altas y así otro comandante y por fin el tercero manifestó que el ultimo que había venido de alta, había ido de servicio a la Biblioteca .El Jefe le recordó la norma y que el citado guardia de la Biblioteca seria trasladado al puerto al día siguiente. De esta forma mi cuñado salió del puerto y se libró de la expulsión. Incorporado al Móvil, fue destinado a prestar servicio de vigilancia en el llamado tren de los cazadores pues salía de la estación de la Renfe de Barcelona hasta Puigcerda a las 4,30 de la mañana`, parando en todas las estaciones y luego en el primer tren volvía a Barcelona. Menos mal que ya estaba acostumbrado a comer en frío lo que su mujer le ponía en la fiambrera y así se le hacía mas llevadero el día . Este servicio era una día si y otro no. Yo no quise influir más con el Teniente Coronel, porque si un destino era duro, el otro no era mejor, pero por lo menos no se mojaba y el servicio en los trenes era muy tranquilo y sosegado, consistía en ver si algún sospechoso subía o bajaba del tren o se producía algún altercado o era solicitado su servicio por los empleados del ferrocarril.

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