miércoles, 21 de noviembre de 2012

El Maquis (IV)


EL MAQUIS (IV)

 

Conocí en el cuartel de la Guardia Civil de Yesa ( Navarra) un sargento que lo acababan de ascender. Era alto, fuerte como buen aragonés y me explicó su historia. Resulta que una noche estaba al mando de seis guardias en una borda del monte y con ellos iba un confidente , es decir un maquis arrepentido que les guiaba por el monte. Estaban jugando a las cartas matando el tiempo antes de irse a dormir y tenían los fusiles ametralladores recostados en la pared uno al lado  de otro. De pronto el confidente les dijo ¡Voy a hacer mis necesidades! y se salió, pero a escondidas se llevó un fusil. Esto fue advertido por este guardia que estaba de cara a la puerta y estuvo vigilante y de pronto se abrió la puerta y fusil en mano soltó una ráfaga de balas y mato a todos menos a nuestro guardia que al abrirse la puerta instintivamente se agachó y escondió debajo de la mesa. El confidente huyó y rápidamente nuestro guardia aviso por radioteléfono a sus superiores de lo que había sucedido. Los superiores montaron el dispositivo y a la mañana siguiente lo detuvieron. A nuestro guardia en pago de este servicio lo ascendieron de Cabo lº a Sargento y este hecho figurará en los papeles secretos de la Benemérita , pues seguramente al confidente lo fusilarían allí mismo en vez de llevarlo a la prisión. Yo le pregunté a nuestro guardia de cómo pudo preveer lo que iba a pasar y me dijo que cuando uno tiene la responsabilidad sobre varios hombres el cerebro funciona de otra manera , pues no solo mira por su supervivencia en este caso sino por la del grupo, por eso se fijó que el confidente se había llevado un fusil y él siempre estaba de cara a la puerta por si sufrían un ataque de los bandoleros.

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