El Comentario de esta Ordenanza del Reemplazo anual de 1770, es interesante porque expone las circunstancias en que se desarrollaba la recluta de los soldados en aquellas fechas para los ejércitos. Nos dice que cuando querían hacer una leva el Rey o sus ministros señalaban una cuota a las Capitanías, éstas a las provincias y éstas a los Ayuntamientos. En Sangüesa, según la documentación el procedimiento era el siguiente. El Alcalde de turno iba tomando nota de aquellos jóvenes que se peleaban, que cantaban a deshoras, que hurtaban o blasfemaban y se los apuntaba en una libreta con lo sucedido. Cuando cambiaban de alcalde el nuevo hacía lo mismo. Pues bien cuando el Virrey desde Pamplona señalaba un cupo para Sangüesa, los párrocos elaboraban una relación que exhibimos el pasado día 16 del cte. con la edad de todos mozos de 15 a 34 años y se reunían en secreto con los Alcaldes. Estos sacaban los nombres de los revoltosos y éstos eran ya seleccionados para la leva. Un día, secretamente el Virrey mandaba una compañía de soldados a Sangüesa, y por la noche sacaban de la cama a estos revoltosos y los conducían a Pamplona presos. Ahí podían alegar su inocencia, pero no les servía de nada, con la ventaja de que el que no protestaba lo hacían soldado de 1ª y en las marchas solía dormir si podía en cubierto. Los reclutaban para siete años, pero si cometían una falta grave, deserción, robo armamentos, etc. podían ser condenados a galeras para siete años, pena máxima, pues no había noticia de ningún condenado a galeras que hubiese vivido siete años, atado con grilletes al banco de remo. De esta forma los pueblos se libraban de personas violentas y al Ejército le venían bien. El resto de mozos hábiles entraban en un sorteo hasta completar el cupo. Ampliar el archivo.
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