viernes, 18 de abril de 2014

Abdarrahman III y Sangüesa IIl

Seguimos con la Crónica del Califa Abdarrahaman III. En este caso el libro añade la versión de otro cronista que trata a Sangüesa de ciudad.

Versión de Ibn Mas ¨udj

Dice Ibn Mas ¨udj: El año 312 ( 9 de abril 924-28 Marzo 925) partió en aceifa el califa an-Näsir de su capital cordobesa, en dirección a Pamplona, país de los enemigos de Dios, los infieles vascones, a quien Dios destruya, de camino atacó a Abdarrahamän b. Waddän , rebelde de Lorca , cora de Tudmir, hostigándole hasta que se sometió y pidió el Aman para rendirse , como en efecto hizo cuando se le concedió, siendo enviado a Córdoba con su familia y propiedades, y entrando en ella en un día célebre, pues la gente se aglomeró para verlo, Era hombre muy corpulento y tan barbudo que se hizo célebre por ello y fue muy comentado el tamaño de su barba, del mismo modo que extrañó un perrazo que trajo por delante de todos sus arreos , sujeto con una cadena y mimado, del que se dijo era un animal de presa con que ejecutaba a la gente.
Un poeta satírico de Córdoba dijo sobre él:

A Córdoba ha venido Ibn Waddäh
Con el perro por delante, más el perro no importa;
Vino por el suelo arrastrando la barba:
A veces se le veía, a veces lo ocultaba;
Su producto diario bastaría,
Sin mengua a setenta caras;
Su carga de lana y pelo, tejida,
Con su abundancia podría vestir a los pobres.

Y luego cosas cuya repetición sería vergonzosa

Dice: an-Näsir combatió luego a Muhammad b.Abdarrahman b. as-Sayj, sin poderle a causa de la inexpugnabilidad de su fortaleza y llegó a los alfoces de Tortosa, extremo oriental de la Marca y después a los de Zaragoza, capital de la Marca Superior, entrando desde allí en el país de Pamplona, donde se desplegaron sus ejércitos, conmoviéndole a lo ancho y a lo largo con incendio y destrucción. Se encontró con el tirano Sancho, jefe de los vascones, con su ejército, al que derrotó una vez tras otra, matándole a muchos hombres y persiguiéndolo por el llano, hasta forzarle a subir a las montañas, a cuyas ásperas cimas ascendió, abandonando el llano, de modo que los musulmanes le redujeron el país a cenizas, destruyendo sus alquerías y fortalezas, y apoderándose de la ciudad de Sangüesa que arrasaron. Desde allí avanzó an-Näsir hacia la vecina tierra de Castilla, en país de los infieles, trabando combate con el conde Fernán Gonzáles, al que desbarató también, haciendo gran destrozo en su país, hollándole el llano y destruyendo muchas moradas e iglesias. Continúa.

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