miércoles, 18 de abril de 2012

Leña Monte de Peña

De siempre los Condes de Peña han procurado tener limpio de maleza el bosque de la Sierra de Peña. Les vino muy bien, porque antiguamente el único producto que podía usarse tanto para guisar como para calentar la vivienda era la leña. Había varias clases según las necesidades. Uno eran los sarmientos de vid de las viñas, es decir tallos una vez secos. No eran los mejores pero casi todos los vecinos los tenían porque casi todos tenían su viña más o menos grande. Las hojas del olivo ardían de golpe y enseguida se apagaban  pero los troncos y las raíces eran muy buenos. Por supuesto la mejor leña era la del roble que daba mucha brasa. La de pino casi no daba brasa pero ardía muy bien por la resina. La del tronco de la encina también daba mucha brasa. Por eso la leña que ofrecían los condes de Peña eran renuevos de encina. Primero cortaban los árboles a ras del suelo y al año o dos aparecían seis u ocho renuevos que rápidamente se desarrollaban  y de éstos solo había que dejar uno que en pocos años se convertía en una encina adulta, con este procedimiento, ellos vendían troncos de encina y el monte siempre estaba limpio y en caso de incendios era más difícil que se propagase..
Como era casi imposible cuantificar la leña, como se ve en este Bando cobran a tanto el mes por caballería grande o pequeña y es el Guarda del monte el que controla las caballerías que se usan  porque conoce a la mayor parte de los vecinos. De esta manera todos contentos, los Condes porque  el monte les da beneficios y el vecindario, porque tiene acceso fácil a la leña.
Otro día explicaremos como se desarrollaba la vida familiar el rededor del fuego.  
http://www.box.com/s/fe7ac3b27f5de343854b

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