Estábamos cuando los comensales se levantan de la mesa para ir al desencajonamiento de los toros .Van deprisa, casi corriendo , los hombres y las mozas, que no las pobres mujeres que se quedan en casa fregando los platos y cacharros que han empleado en hacer la comida. La entrada de los toros es de precio reducido ,casi circunstancial , aquí no se escuenden los mocetes como en las corridas y la plaza se llena . Ya entran los grandes camiones que traen los toros ,atados y se colocan en la plaza , pobres animales ,atados desde Sevilla o del Campo de Salamanca , no han estado nunca tanto tiempo . Les han echado mucha comida para que no se acuerden que nunca han estado en ese encierro tan prolongado y con tiempo mas que suficiente para llegar a tiempo a la plaza. Pobres animales , los han enjaulado ocho en cada camión , atados por sus cabezas y separados unos de otros de tal forma que casi no se ve de uno a otro, Por fin llego la hora del desencajonamiento y los pastores van colocando las rampas del descenso detrás de cada uno y pobres como mejor pueden van descendiendo por las rampas resbalándose como mejor saben hasta que tocan suelo y aquí libres de las ataduras dan vueltas y mas vueltas alrededor. Primero se enfrentan unos con otros pero enseguida ven que ya conocen al contrario y ya no se atacan.
La gente por su acometividad , estampa y valor al atacar al contrario los clasifica a su gusto y manera , mira el 307 es el mejor ,tiene mejor cornamenta que ese otro el 456 que también tiene buena planta y así entre conversación y conversación los pastores metieron al ganado en los corrales y se acabo la historia.
Sanguesa 13 de Septiembre 2013.
PEDRO BELASCOAIN.
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