jueves, 19 de mayo de 2016

Haciendo Memoria (VI)


Recuerdo que quisieron hacer una huelga general  para que los transportasen en camionetas al trabajo, cosa muy natural, pero los vecinos del pueblo no quisieron cooperar porque no era su problema. Una mañana a la salida de la misa del Rosario que se hacia antes de amanecer, un huelguista pequeñico le dijo al Sr. Huarte que era un hombretón que se sumase a la huelga y este lo cogió del pecho y le dijo¡ ¡O te quitas de delante o te pongo de telaraña en el atrio!  También recuerdo que hubo un entierro civil de un obrero que falleció de accidente, no pasó por la iglesia y fueron todos los obreros. Los del pueblo a mirar.  En cierta ocasión dijeron que iban a asaltar el Colegio de las monjas de la Caridad, donde había mas de un centenar de chicas jóvenes estudiando. Respuesta. Mi padre despachó a los obreros que estaban a pupilo en mi casa, e iba por la tarde a por seis chicas y a la mañana siguiente las devolvía al Colegio y así el resto de los vecinos. A los pocos días se normalizo la situación y volvieron los obreros pues era un ingreso de dinero en la familia.

Así se vivió aquellos pocos años, hasta el 18 de julio de 1936 que estalló la guerra. Los mozos, carlistas  la mayoría, a una con la guardia civil que se sumó a la sublevación,  hicieron huir a tiros a los  obreros, que se dirigieron hacia Zaragoza y Cataluña. Por obligación todos tenían que pertenecer a una central sindical, así que todos o eran de la CNT o de la UGT. La huida les salvó la vida. Los obreros no estaban unidos, eran muy individuales, pues apenas ganaban el suficiente dinero, se iban a otra obra pública, donde fuera. Los mozos del pueblo al contrario estaban desde su niñez agrupados en cuadrillas y estas duraban toda la vida, de ahí su fuerza moral. Al estallar la contienda el 18 de julio, los obreros quisieron asaltar el Circulo Carlista, pero los requetes que estaban en el local desde arriba les atacaron con sifones de gas que al estallar en el suelo explotaban y parecían bombas. A los años uno de los guardias civiles ya jubilado, el Sr. Cano, aqui en Barcelona,  me contó que ellos se situaron en la calle Mayor frente a la Iglesia de Santa María y allí disparaban sus fusiles por encima de las cabezas para no herir a nadie e hicieron huir a los obreros . Sin embargo a ellos tambien les disparaban aunque no les hirieron. El abuelo del Bar del Romo , en la calle Mayor se asomó a la ventana al oír los tiros y vio como el Teniente de la Guardia Civil disparaba su pistola contra sus propios guardias que estaban a unos cien metros .Se lo contó al dia siguiente al Sr. Cano , pero éste no quiso denunciar a su Teniente que seguramente lo hubiesen fusilado. El Teniente se fué voluntario al frente y desapareció de Sangüesa. Hace falta ser buena persona para no denunciar a tu Jefe que te estaba atacando a tiros. El periodo de guerra fue muy triste, pues la juventud entera estaba en los frentes de batalla  y hubo un constante chorreo de muertos. Se les hacia un funeral con todos los honores e iba una banda de trompetas de Pelayos ( niños carlistas) entre los cuales ibas tu, Nicolás, y otra de Flechas ( niños falangistas) en la cual desfilaba mi abuelo paterno Sebastian, que era pequeñico y no podía ver a los carlistas.

Las guerras civiles son muy crueles, pues los violentos las aprovechan para saldar rencillas, deudas y envidias y en Sangüesa no podía ser para menos. Hubo 48   fusilados, una pena, de mi casa, sacaron al Sr. Honorino, que tenia alquilada una habitación y lo fusilaron, nadie sabe porqué, ni a él ni a los demás, ni tampoco quienes fueron sus ejecutores.¡Pobre Honorino !Una noche a las dos de la madrugada siete requetes ,luego dijeron que eran de Aibar, vinieron a mi casa en la calle Nueva nº 17 , aporrearon en la puerta con las culatas de los fusiles, mi padre se asomó al balcón y bajo a abrir la puerta ,fijaros con el miedo  que bajaría, pues él creía que al que buscaban era a él. Resulta que mi padre era el mayoral de D.Agustín Blanco que era Alcalde de Sanguesa y había votado el Estatuto Vasco y pertenecía al PNV y por lo tanto también mi padre votò a este partido y  como el PNV era el partido de las Provincias Vascongadas que no se habían unido al Alzamiento de los carlistas , pues él creía que era èl al que lo iban a fusilar, pues no , el que mandaba el piquete preguntó por Honorino Ibáñez, un pobre sereno que aquella noche libraba , lo sacaron de la cama y a medio vestir se lo llevaron a fusilar al Alto de Loiti, por cierto David dijo que cuando lo llevaron en la camioneta le dio un colapso y perdió el conocimiento , pero cuando se recobró lo fusilaron como a los demás. Fue un periodo muy triste del que nadie quiere hablar. Además como a los fusilados no se les hacia entierro, no figuran en el registro de Difuntos de la Parroquia , ignoro si lo están en el Registro de Difuntos vecinal del Ayuntamiento.. El Comandante de Artillería D. Tomas Fernández  Unzué fue fusilado en Barcelona , era de los sublevados contra el Gobierno.

Toda la gente apta estaba en el frente de combate, unos voluntarios, requetes muchos  y falangistas  pocos y otros de reemplazo.  Hubo 58   muertos. Sobretodo recuerdo  por las tardes estábamos cogiendo alubias en Pastoriza y se oía el cañoneo,se distinguia el calibre de los cañones por el estruendo que hacian  según venía el viento,  o del frente de Huesca o del de Vizcaya, la gente mantenía el silencio y rezaba, pues todos tenían un familiar en primera línea de combate.

Por fin se acabó la guerra y cambiaron las circunstancias. Se acabaron las muertes, pero vino el hambre. Franco el ganador, había sido ayudado  por los fascistas Hitler y Mussolini,  y en la guerra mundial que estalló  se puso al lado de éstos, incluso mandó una división al frente de Rusia, la Division Azul. Cuando acabó esta guerra, las naciones vencedoras nos impusieron un boicot comercial cuando más falta nos hacia su ayuda.

Continuará



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