La VI Flota Americana

La Flota Americana en Barcelona

Y de pronto nos hicimos amigos de los americanos. Y se acabó el racionamiento .Y apareció el pan blanco en las panaderías en barras grandes

Y a los niños les daban leche en polvo en los colegios a media mañana. Y yo probé por primera vez el gusto de la piña enlatada. Y allá a lo lejos del puerto a dos o tres kilómetros aparecieron un portaviones enorme , varios cruceros de guerra y destructores . Y en las Ramblas y en el Paralelo aparecieron los marinos, a cientos, altos, enormes. rubios , todos de blanco con sus gorritos redondos que como locos se iban al mostrador a por cerveza que se la bebían de un trago .¡Hala! Un jeep con dos marinos que se hacían cargo de dos o tres que andaban mal para sostener su cuerpo en vertical. Pero eran silenciosos no cantaban como nosotros. Se les  veía educados , no había ninguna pendencia con españoles , porque además nos daban una torta e ibamos al suelo. Venían en unas barcazas llenas de marinos y al rato se iban cargadas con otros y esto duraba una semana  decía la prensa que venian a descansar, pero menos en las iglesia lo llenaban todo. La gente los recibió con simpatía y además siempre había un crucero atracado en el muelle y un día o dos dejaban subir a bordo a todo el  que quisiera. Yo subí un par de veces y me parecieron tremendos y con aquellos cañones enfundados y otros más pequeños en la borda. No se parecían en nada a los barcos de guerra españoles que de cuando en cuando venían a Barcelona. Y esto duró bastantes años pero con el tiempo ya nos acostumbramos a verlos y ya no nos hacían tanta impresión, lo que sí se notó era gran cantidad de mujeres de alterne que pululaban por las Ramblas, pero esto formaba parte del descanso de los marines de la VI Flota. Hoy los españoles hemos crecido más de  veinte centímetros y ya no se ve tanta diferencia con los marines y la abundancia de comida ha hecho que hombres y mujeres nos hayamos redondeado el cuerpo.