(Publicado originalmente el 08/08/11)
Dinero negro.
¿Me tomareis por loco si digo que el inventor de esta fórmula fue
un Ministro de Hacienda? Era por los años 1960. En España y sobre todo en
Cataluña se inició la mecanización industrial y aparecieron miles de pequeñas y
mediana industrias que aportaban sus declaraciones del Impuesto de Sociedades.
Este Ministro en vez de aumentar el personal de su Ministerio, optó por una
forma más sencilla. A cada Gremio de Actividad le asignó una cantidad según el
número de afiliados y capital escriturado. A su vez el Gremio lo repartió entre
sus Empresas acogidas y éstas religiosamente debían de hacer la Declaración del
Impuesto con la cantidad de beneficios que le habían asignado. Como la
inflación era muy alta y cada año progresaba, los beneficios del momento eran
superiores a los del año anterior. Para ajustarse a los beneficios que el
Gremio asignaba a cada Empresa, ésta tenia que disminuir sus ventas declaradas
o aumentar los gastos de una forma ficticia. Como esto duró bastantes años,
hubo que montar una doble contabilidad, una la real y otra la oficial que se
asentaba en los Libros Oficiales. La diferencia de beneficio entre las dos era
lo que la empresa no podía declarar y se llamó DINERO NEGRO.
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