VIVENCIAS CON
LOS PISOS 2
En mi anterior escrito sobre mi
primer piso , se me olvidaba deciros que aquella señora tan pulcra que le
enseñaba a mi esposa a limpiar todas las gotitas que se caían de aceite , nos sorprendió
con una escena inaudita . El día que compraba sardinas y era muy a menudo , abría
el balcón de par en par, estábamos en el segundo piso, era verano y de noche y
desde mitad del comedor tiraba un paquete con las cabezas y las tripas a mitad
de la calle. Al momento una jauría de gatos callejeros con sus crías se lanzaban hacia tan opíparo festín
y a veces hasta algún perro vagabundo.. No pudimos reprimir nuestro asco ante
tal incivil acción y una lección que aprendimos. Esto se repetía un par de
veces a la semana y así ningún vecino podía saber de que piso habían salido las
tripas de las sardinas. Estábamos cerca del Mercado del Borne y a veces al
salir de noche veíamos salir de las alcantarillas unas ratas enormes, casi como
los gatos. Estas si que daban asco y miedo por si las pisabas y te mordían. A
lo lejos se oía el bastón metalizado del sereno que vigilaba el barrio y tenia
las llaves de todos los portales. De cuando en cuando se oía el grito de ¡
sereno! y al segundo ¡sereno va! respondía este y oías como iba picando en la
acera con su bastón que tenia una punta metálica, mientras se acercaba hacia
donde había salido el grito . Estamos en la Barcelona de los años 50, sucia ,
maloliente , llena de flemas de los fumadores que siempre iban tosiendo y de
cacas de los perros que no las limpiaba nadie. Eso si , no se veía una colilla
de cigarro por el suelo , porque había muchos ancianos que iban recogiéndolas
por el suelo y luego o las vendían o se las fumaban. Total nicotina pura. Daban
pena.
(Continuara)
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