Diezmo V Funcionamiento

Se han confeccionado estadísticas anuales de producción basándose en el montante del diezmo, con índices relacionados, para el cereal y vino en el año 1600 y 1738 como años tipo.
De los ingresos de la Primicia se satisfacían los gastos de la Iglesia, sermones, organista, el manchador (el que mueve el fuelle del órgano), la mandarresa, ( que avisaba a los familiares de los difuntos la hora y día de los entierros) el Infantico ( un niño vestido de ángel que era descolgado desde el tejado de la iglesia hasta la plaza) así como la limpieza de la iglesia, el aceite de las lámparas, la cera, etc. estos son los ordinarios. En cuanto a los extraordinarios, obras, ornamentos, imágenes, etc. debían contar con la aprobación de los Patronos de la iglesia.
Todo se desarrolló durante más de 200 años sin problemas, hasta que la noche del 25 de septiembre de 1787 acaeció la gran inundación del río Aragón. Se hundieron más de 154 casas, y el resto hasta más de 500, excepto 39 quedaron desbaratadas, así como los hórreos con todo el grano ya almacenado, los lagos decimales con todas las cubas y casi 600 ahogados,,entre ellos varios beneficiados, como D. Juan Miguel Belascoain, D.Josef Agustín de Rada y D.Miguel Belza. La iglesia de San Salvador separada de la de Santiago en 1739 se volvió a integrar en 1787 Se unieron los Diezmos de Santa María y Santiago y así estuvieron varios años, reponiéndose de la desgracia. Pocos años después volvieron a separarse y con las nuevas ideologías aportadas por la revolución francesa, la invasión de las tropas napoleónicas acantonadas en Sangüesa, los mayores propietarios remisos al diezmo, las Cortes de Cádiz en 1821 y los gobiernos progresistas y liberales que tenían mucho interés en apoderarse de los bienes eclesiásticos para salvar la economía de la Nación que se hundía por momentos con las guerras carlistas, produjeron la desamortización de los bienes de la Iglesia y la incautación de los diezmos a favor del gobierno. El último diezmo que hemos visto reflejado en Sangüesa es el de 1836.En cuanto a las Primicias siguieron funcionando pero con una contribución del Estado para el Culto que periódicamente se le abonaba al párroco y de allí se sufragaban los gastos ordinarios y extraordinarios.