Era un espectáculo en el atardecer, ver una inmensa retahíla de hortelanos con sus animales cargados con hortalizas, volver al pueblo. Esta era la vida en aquellas fechas. Ya he dicho que se madrugaba muchísimo sobre todo en primavera y verano, toda vez que las verduras las recolectaban al amanecer cuando tenían en sus hojas el rocío de la noche y estaban mas frescas para poderlas llevarlas al mercado, puesto que no existían las cámaras frigoríficas de ahora. Además el grueso de la hortelanía estaba en Pastoriza y la mayor parte de los hortelanos tenían sus huertos en la zona media que era la más fértil. Esta zona está situada a unos 5 Km de la ciudad, con lo cual entre ir, coger la carga y volver se necesitaban cuatro horas. De esta manera los muchachos y muchachas tenían que ir, volver con la carga a pié y después a la escuela Los padres se quedaban en los huertos trabajando, eso sí, después de comer hacían la siesta en el suelo con una manta a la sombra de los árboles o en las cabañas.
En las casas de labranza llevaban una vida mas sosegada, no madrugaban tanto pero no hacían siesta pues los animales de tiro no la necesitaban. Antiguamente había muchos bueyes pero últimamente sólo existían dos o tres parejas. Eran más apreciados los machos y mulas para el tiro y las burras y yeguas para la carga, pues los burros en época de celo creaban muchos problemas. Todos los hortelanos tenían algún campo para sembrar cereal y casi todos alguna viña, con lo cual se juntaban unos con otros para así formar juntas para hacer las labores del campo. Las casas de labranza, más fuertes económicamente, casi todas tenían criados y criadas, que provenían de los pueblos vecinos, sobre todo de la val. de la Onsella y que generalmente acababan casándose en Sangüesa con personas autóctonas.
Todas las casas excepto las de la calle Mayor tenían sus cuadras en la plana baja, donde además de los animales mayores, criaban cerdos, gallinas y conejos para el consumo familiar. Había muchas bodegas, algún lago y también pozos en bastantes casas. También bastante olivar pero pocos propietarios y había un trujal para extraer el aceite. A las bodegas aunque tuvieran luz eléctrica se bajaba siempre con el candil por delante. Este era un utensilio con una cavidad para el aceite donde se sumergía una trenza de algodón a la que se prendía fuego y mientras había aceite no se apagaba. Esto era para evitar accidentes en caso de que hubiera “vaho” es decir gas mortal.
Os invito a que veais en Internet mi página Web www.historiadesanguesa.es en donde en forma resumida expongo mis trabajos de 25 años . Por ejemplo,cada registro de Nacidos, Bodas y Difuntos desde 1574 al año 2000 contiene 24 datos (millón y medio sólo estos archivos) padres, abuelos, lugares de nacimiento y otros , así como otros cuarenta trabajos sobre Diezmos, Toponimos ,etc.
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